La desinversión educativa: un golpe mortal

El presente texto se publicó el fin de semana 14/09 en un newsletter para pequeños y medianos empresarios europeos a pedido de un amigo español.
Hoy lunes ya "liberado" puedo publicarlo por acá
Espero les guste.

En el eterno debate sobre si la calidad educativa se compra con más dinero, hay una verdad que se impone con brutalidad: la desinversión es el camino más rápido al abismo. Esta premisa, que resuena en cada rincón del planeta, se vuelve un grito de alerta en la Argentina de hoy, donde la motosierra del ajuste ha pasado por el sistema educativo, con el acompañamiento cómplice de algunos gobernadores de provincias (donde también se ha dado algún nivel de desinversión) y el apoyo silencioso de algunos sectores políticos aliados al gobierno federal.

Quienes defendemos la inversión en Educación no lo hacemos por una mera cuestión de números. La plata no es un fetiche, es la herramienta indispensable para construir un sistema robusto y justo. Con inversión, podemos tener escuelas que no se caen a pedazos, aulas dignas, conectadas y con recursos didácticos acordes. Pero lo más importante, docentes valorados y bien pagos, los verdaderos motores de la enseñanza.

El costo real de los recortes: un futuro comprometido

Los recortes no son solo líneas rojas en un balance; son golpes directos al corazón de la Educación, con consecuencias devastadoras que van mucho más allá de una planilla de cáculo.


Infraestructura en ruinas: Cuando el dinero no alcanza, lo primero que se derrumba es la escuela misma. Los edificios se vuelven fantasmas, sin mantenimiento, con goteras, sin calefacción, ni recursos básicos. ¿Cómo le pedimos a un pibe que aprenda en un lugar así o a un docente que enseñe allí?

Adiós a los mejores docentes: Al atacar el presupuesto, los salarios de los maestros se convierten en salarios de hambre. Se desmantelan los programas de capacitación y se les dice "gracias por participar". Los mejores talentos se van. ¿Quién va a querer dedicarse a educar en esas condiciones?

La desigualdad se dispara: La desinversión pega siempre más fuerte en los más débiles. Las escuelas de los barrios más pobres, que ya vienen mal desde años, quedan en la lona, sin chance de "competir" con la educación privada. La brecha se profundiza y el ascensor social se rompe. Los pibes que más lo necesitan, son los que menos acceso tienen.

La evidencia: la OCDE y la realidad argentina

La preocupación por la desinversión no es un capricho. Estudios de organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, que realiza el estudio trienal que evalúa las habilidades y conocimientos de los estudiantes de 15 años en lectura, matemáticas y ciencias para medir la efectividad de los sistemas educativos a nivel mundial, confirma una verdad de perogrullo: existe una correlación directa entre inversión y resultados. Sin dudas, no se trata de "gastar por gastar", sino de "gastar con inteligencia". Pero la evidencia es contundente: si se quita el recurso económico, es imposible la mejora.

En Argentina, la situación ha generado una alarma generalizada en la comunidad educativa. Informes de distintas organizaciones y observatorios señalan que el presupuesto educativo ha sufrido una drástica caída en términos reales, con recortes que, según algunas estimaciones, son los más grandes desde 1992, cuando por una medida de neto corte fiscalista el gobierno de Carlos Menem que buscaba reducir el gasto público del Estado nacional transfirió la responsabilidad y el costo de la educación a las provincias sin recursos. Según los algunos especialistas el impacto negativo sufrido en ese momento costó al sistema educativo unos 20 años para recuperarse y aún así nunca volvió a ser el mismo. Habrá que ver cuánto le cuesta esta vez. 

En números, al recorte presupuestario del 45,4% del año 2024 se suma el 10% acumulado del año 2025 hasta la fecha de publicación de esta nota. A horas de la presentación formal del Proyecto de Presupuesto 2026 para ser tratado por diputados y senadores, el gobierno de MIlei modificó las partidas presupuestarias en todo el Estado nacional y Educación fue la que más sufrió con un recorte de $120.079 millones (2,2%). Recordemos que el actual presupuesto es una prórroga del Presupuesto 2022 ya que el Poder Ejecutivo gobierna desde el 10 de diciembre de 2023 sin presupuesto aprobado por el Congreso de la Nación:

¿Quiénes fueron los más damnificados por éstos recortes?:

Universidades públicas: Las casas de estudio han sido uno de los blancos principales del ajuste. El desfinanciamiento ha generado una crisis en su funcionamiento, con recortes en gastos básicos, becas estudiantiles y fondos para la investigación. Empieza a notarse la migración de docentes de las Universidades que prefieren trabajar en el ámbito privado o son convocados con mejores salarios por Universidades públicas del exterior. Esto provocó una masiva marcha federal en defensa de la educación pública, que visibilizó el profundo rechazo de la sociedad a estas políticas.

Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID): La eliminación de este fondo que era un aporte de la Nación a la masa salarial ha significado una pérdida significativa en el salario de los docentes de todo el país (hasta un 20% en algunos casos). Algunas provincias absorvieron el costo de este Fondo, aunque retrajeron otros items del salario docente y otras no pudieron. En ambos casos la pérdida salarial de los maestros contra la inflación oscila entre los 15 y 19 puntos porcentuales. El argumento de que la educación es responsabilidad sólo de las provincias no ha convencido ni a gremios, ni a sectores de la oposición que denuncian una desfinanciamiento de la educación pública en el tramo obligatorio (inicial/primaria/secundaria) a nivel nacional.

Infraestructura y programas educativos: Proyectos clave para la mejora de la calidad, como el Plan Conectar Igualdad, han sido suspendidos o desfinanciados. La construcción de jardines de infantes, la formación docente continua y las becas estudiantiles han sufrido recortes que, según los especialistas, dificultan la posibilidad de una mejora sostenida.

El círculo vicioso del abandono

Es una ecuación simple: no se puede exigir calidad si se quitan los recursos vitales. Pero el recorte de fondos no solo frena cualquier reforma, sino que desata un círculo de deterioro que afecta todo: la calidad de la enseñanza, la formación y capacitación de los docentes y, en última instancia, las oportunidades de toda una generación.

La triste realidad argentina de estos días se alinea con la peor de las advertencias internacionales. La desinversión, no importa cómo se la disfrace, es un obstáculo insalvable para cualquier mejora. Sin la inversión necesaria, la promesa de una educación de calidad es una mentira y el futuro de nuestros pibes quedó más cerca de "la punta de la motosierra de Milei y el precipicio".

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