No existe una paritaria nacional docente.
No
voy a decir nada nuevo que no “haya dicho” o “hayan dicho”.
Pero necesitaba después de leer a varios en diversos
ámbitos, decir algo de lo que pienso. Sin dudas los aportes de
muchos sirvieron para hacerme reflexionar aún manteniendo algunas de
mis ideas previas. Muchas de ellas ya forman parte de este blog.
No
existe una paritaria nacional docente. Seguramente
varios irán directo a mi yugular. Tranquilos. Hay un desarrollo que
puede no sea el mejor pero aún así, está bien intencionado. Para unos cuantos parece
una discusión ontológica (he
leído los
importantes aportes de
Manuel Becerra). Es cierto
pero para
mí es
un poco más que eso. De hecho nunca
se entendió
muy bien qué es lo que hacen gremios docentes y estado nacional
en ese ámbito. Y
en general, todo quedó reducido, mediáticamente o por los propios
actores, a una discusión meramente salarial. Creo
que sería bueno especificar qué se hará a
partir de ahora, en
una discusión como la que el nuevo gobierno reflota
y el anterior denegaba. Pero
fundamentalmente,
sería
importantísimo utilizar
bien el lenguaje ya
que
las
palabras construyen realidad.
No
es una paritaria. Las paritarias son comisiones integradas en número
igual por representantes de trabajadores y de la "patronal"
que tienen la facultad para analizar puntos específicos de la
relación laboral (salarios, condiciones de trabajo, etc), intervenir
en conflictos y modificar convenios colectivos de trabajo.
Los
maestros están representados por los gremios (en este caso sólo con
personería gremial nacional) frente a la "patronal"
(horrible
concepto para mí en este ámbito),
el Estado federal, que no tiene empleados docentes. ¿What?
Primer
elemento que provoca un problema y por el cuál se dificulta
considerarlo una paritaria. ¿Debe
existir este
espacio?
Aún con algunas
dudas
de
mi parte,
si
es que es un aporte para mejorar la inversión en Educación y sólo
si sirve y no complica, entonces
podría existir pero debería
llamarse de otra manera.
Reitero,
no es menor cómo llamamos a las cosas. El nombre ordena,
explica
lo
que es.
Si utilizamos la misma palabra para todo nos confunde y terminamos
creando un berenjenal que nadie entiende de lo que estamos hablando y
para qué lo hacemos.
Por
lo tanto, allí no se fija el
salario
de
un maestro en cada jurisdicción.
Durante años se intentó fijar un piso salarial (el salario mínimo
que debe cobrar un docente en cualquier punto del país) que en
definitiva tal como lo he planteado en
otros textos de este blog complica
siempre
las
negociaciones salariales entre los verdaderos “empleadores”,
las provincias y los trabajadores, los docentes. También
eso podría revisarse.
Pero
no
es menos cierto que en
esa mesa de concertación se
fija (podría
seguir
fijándose)
una forma de compensación con recursos del Estado federal para
compensar las desigualdades entre provincias en términos de
inversión educativa. Una vez más: no es una paritaria. Entonces
en principio
ya
habría
que denominarla de otra manera.
Puesto
de esta última manera, repensaría quienes deben participar de esa
mesa. En principio, no está mal que esté el Estado Federal y los
maestros representados por sus gremios. Parece
lógico. Pero
allí faltan los gobernadores. Como veremos más adelante en
definitiva son los que deben invertir con recursos propios y
coparticipados (aunque
después se compense con recursos federales).
Si no lo hacen, son ellos los que deberían asumir el porqué no lo
hacen. En
esa mesa se blanquearía cuánto están dispuestos a hacer cada
gobierno provincial. Es más, en ese marco podría construirse
normativa que después se aprobara vía Congreso nacional para
“obligar” a cada provincia, al gobierno federal y a los propios
maestros en el cumplimiento de esos “pactos” (no es mala
palabra).
Para
hacer un poco de historia, tal
como afirma Alejandro Morduchowicz, “Al concluir la transferencia
de escuelas a las provincias hace 25 años, las entonces autoridades
nacionales creyeron que con eso se solucionaba, sino el problema
salarial docente, al menos quién se tendría que hacer cargo: La
responsabilidad sería de las provincias y ya.” Una
primera aclaración:
responsabilidad que según la Constitución Nacional siempre había
sido de las
provincias
hasta que el Estado Federal dándose cuenta de las diferencias de
inversión y cobertura entre
jurisidicciones había decidido intervenir directamente en la gestión
educativa de las provincias creando las escuelas nacionales.
A
partir de 2005 con la
Ley de Financiamiento Educativo, el
Estado federal adquiere un rol
activo. Crea
un Fondo de Compensación Salarial Docente, cuyo objetivo según
la propia norma es el de “contribuir
a la compensación de las desigualdades en el salario inicial docente
en aquellas provincias en las cuales se evalúe fehacientemente que,
a pesar del esfuerzo financiero destinado al sector y de las mejoras
de la eficiencia en la asignación de los recursos, no resulte
posible superar dichas desigualdades”.
Para
hacer
una
apretada
síntesis,
una parte del salario que cobra cada maestro es con recursos de
origen federal
que Nación le envía a cada provincia con el objetivo de equiparar
salarialmente a los docentes del país. ¿Todos
cobran igual? No, porque cada provincia invierte de manera diferente
de acuerdo a sus posibilidades (Mmmm! No estoy tan seguro de esto último pero debo
reconocerlo aunque lo escriba de esa manera).
A
partir del 2016 se
devuelven
recursos
de coparticipación
federal
a
las provincias. Recordemos
las acordadas de la Corte Suprema antes de terminar el gobierno de
Cristina Kirchner y la decisión del gobierno entrante de cumplir con
la decisión. A partir de allí el
Estado nacional construye
un discurso sobre la base de que entiende
que las provincias, ahora
con más recursos, deben
hacerse
cargo de las
demandas salariales.
Pero parece
ser que los
muchachos
“gobernadores”
no pusieron esos mayores
recursos en
Educación. Incluso, como
afirma Morduchowicz, los
disminuyeron.
Si
ésto
es así, estamos
en otro tipo de problema. Sin dudas más complejo pero más apasionante ¿Qué
pasa con nuestros gobernadores de provincia que con mayores recursos
igual les importa poco invertir
más
en
Educación? Pero
también
es cierto, ¿Qué culpa tiene un pibe nacido en algún paraje de
Formosa, Santiago
del Estero o Santa Cruz
si su gobernador no invierte lo que tendría que invertir, aún
teniendo mayores recursos?
Existe
un principio de solidaridad y
responsabilidad que
indica que el Estado federal debe diseñar políticas para compensar.
No
hay 24 argentinas. Hay una sola, aunque la gestión educativa esté
en manos de las provincias (cosa que igual creo debe mantenerse).
Coincido
con Alejandro cuando plantea la necesidad de “comenzar
a pensar los instrumentos que permitan navegar entre los
dos
extremos: respeto
irrestricto a las autonomías provinciales pero
tampoco indiferencia por lo que suceda en cada provincia.
Pero
para eso empecemos a darle nuevos nombres a esos instrumentos. La
paritaria es una paritaria. Esto que todos anhelamos es otra cosa.
Pongámosle otro nombre.
Quedará
para la próxima qué me parece habría que agregar a esa mesa de
debate, intercambio y generación de consensos para que aporten
realmente al cambio en Educación. Una de ellas, adelanto, es
rediscutir la carrera docente, que bien podría atarse también a
mejoras en el salario docente… Pero para la próxima… Ya con ésto
que acabo de escribir tengo para "entretenerme" un rato...
Educación siempre es el último orejón del tarro, cuando debiera ser el ministerio más importante.
ResponderEliminarMientras tanto, en Pcia de Buenos Aires, este será el tercer mes sin cláusula de ajuste por inflación.
Muy buen blog.
Vengo desde twitter.