Educación para la primera infancia. La obligatoriedad de la sala de tres resuelve el desafío?
Por Susana Martin
Magister/Licenciada en Educación
El
poder Ejecutivo Nacional envío al Congreso un proyecto de ley en
el que se declara obligatoria la sala de tres años. Con la misma
lógica que se incorporó la sala de cuatro y sin política
complementaria para su implementación se enuncia el texto breve y
contundente.
El
proyecto nos presenta una oportunidad y un desafío para poner en
discusión varias cuestiones relacionadas con el tema
En
primer lugar, Obligatoriedad no es lo mismo
que universalización de los servicios
educativos. Obligatoriedad impone responsabilidad de algún actor.
Son responsables los padres de enviar sus hijos a sala de tres? Y
cuál es la responsabilidad del Estado?
Si
hablamos de universalización hablamos de responsabilidad del Estado
de garantizar los servicios. En un Estado Nacional que no ha
garantizado a la fecha, la cobertura de las salas de 4 y 5 años,
después de 10 años de sancionada la ley Nacional de Educación, es
improbable que asuma otro compromiso político incumplible.
Un
tema adicional es que la responsabilidad conferida
constitucionalmente de asumir los servicios educativos del nivel
inicial es de las provincias, y en este sentido nos enfrentamos con
un mapa desigual de oportunidades de
implementación jurisdiccional por la falta
de recursos. Si bien es probable que algunas provincias reciban obras
o subsidios para su cumplimentación no es menos cierto que el
mantenimiento de los edificios, los recursos técnicos y los salarios
docentes son responsabilidad local.
En segundo término es
necesario hacer una distinción entre los
conceptos educación y escolarización.
La
educación como proceso integral de desarrollo que abarca toda la
vida de los sujetos es un proceso más amplio que incluye la
escolarización como proceso sistemático, graduado y formal que se
despliega en instituciones educativas específicas.
La
mayoría de las investigaciones con relación a la primera infancia
coinciden en señalar la importancia de la educación en los niños
en esta etapa destacando el valor de la alimentación adecuada, la
estimulación temprana, la socialización, etc., como factores
determinantes del desarrollo.
Circunscribir
la posibilidad de educación de los niños de 3 años y en general en
la primera infancia, obligatoriamente, al ámbito escolar tradicional
formal institucionalizado, representa por lo menos una visión
sesgada de las posibilidades y potencialidades de otras instancias
educativas de la sociedad que acompañen a la familia en esta misión.
Los
formatos institucionales para acompañar la
responsabilidad de los padres en estos procesos, que debería poner
en disponibilidad los Estados, no están en cuestión y son diversos.
En
algunos países, con los mejores resultados educativos los niños
inician su escolarización a partir de los 7 años, entendiendo que
otros actores y formatos institucionales han contribuido a su
educación en los primeros años de vida.
Por
otra parte merece una consideración especial la
responsabilidad de los padres y sus derechos para elegir
las mejores oportunidades, espacios y formatos institucionales que
colaboren en la educación de sus hijos.
Seguramente
la atención especial por parte del Estado deberá focalizarse en el
acompañamiento de las familias más vulnerables.
Pensar
que el Estado es único educador es negar el valor de la familia y de
otros agentes sociales en este camino transformador de realidades
personales y sociales.
Una vez más agradecimiento especial a la "maestra" Susana por este importantísimo aporte al debate...
Me dio placer leer ese artículo. Gracias por subirlo y, además, es un gusto conocer tu blog. Ahora estoy con el smartphone, pero después, con más tiempo y desde mi PC, estaré curioseándolo.
ResponderEliminarSaludo cordial.