¿Cómo recuperar la educación que perdimos? Tucumán, agosto 2015, ¿más cerca o más lejos?


Definitivamente abierto este blog a nuevos aportes, Susana Martín, nos acerca una profunda mirada uniendo lo sucedido en las últimas elecciones en la provincia de Tucumán y nuestras aspiraciones y esperanzas sobre la educación de los argentinos... No se la pierdan... 


En un artículo publicado hace unos días “Educación algo más que escolarización”, hacía referencia a la necesidad de un gran acuerdo, un pacto nacional en el país, entre políticas públicas activas, responsabilidad social de la empresa privada, y de los medios de comunicación, y movilización de la sociedad civil, para iniciar en nuestro país las transformaciones en educación
Un pacto educativo porqué la escuela azotada por múltiples demandas es responsable de la educación formal y no formal, pero no de la educación informal que despliegan otros múltiples agentes sociales; la familia, las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, los medios de comunicación, etc.
Cuando nos remitimos a calidad educativa, a una sociedad educada, no estamos haciendo referencia sólo a resultados de aprendizaje evaluado en la educación formal, ni mucho menos sus niveles de información, sino que estamos considerando las competencias que tienen nuestros jóvenes, nuestros ciudadanos, la capacidad de innovación, los valores que sustentan, la calidad institucional que defienden, la solidaridad, el respeto por los otros que ponen en movimiento en las múltiples interrelaciones sociales.
Los recientes acontecimientos, las movilizaciones de la sociedad tucumana, de las últimas semanas, demandando de la política, del poder político, transparencia, objetividad, honestidad, más democracia, nos muestran la conciencia de un sector de la sociedad que piensa que el bienestar de un pueblo depende de la participación ciudadana y en muchos casos de la movilización real para sostener esas demandas.
También nos mostró la ausencia del Estado, el corrimiento de los que tienen la obligación de garantizar los derechos democráticos, que incluyen el derecho a la educación, en la defensa de los valores republicanos, en la custodia de las herramientas de la democracia.
El Estado tucumano, que desplegó incluso la violencia contra los ciudadanos, y la sociedad tucumana fueron actores, son actores de dos modelos educativos. Despliegan con sus conductas formatos, mensajes, herramientas que configuran la educación informal que reciben los tucumanos en primera instancia y los argentinos en general.
Es necesario preguntarnos después de este análisis, si son posibles las transformaciones educativas, especialmente la búsqueda de su calidad educativa en una sociedad atravesada por severas contradicciones en los mensajes. Es necesario preguntarnos si la escuela, aún desplegando todas sus estrategias, con los mejores docentes, los recursos y en contextos institucionales de excelencia puede imponer su accionar frente al modelo social que nos imponen desde las organizaciones del Estado, desde los intereses particulares de los que ejercen otros poderes del consumo y la imagen.
¿Es posible incorporar la cultura del mérito y del esfuerzo ante la seductora vigencia del triunfalismo mediático? ¿Es posible creer que la educación, el respeto, la tolerancia son atributos de una sociedad libre y democrática, cuando desde el poder del Estado se maltratan las instituciones, las normas y se atenta contra las libertades individuales? ¿Es posible pensar en un cambio cualitativo en nuestro sistema educativo si el mismo cambio no atraviesa todas las instancias y actores relevantes de nuestra sociedad? ¿Cómo educar en una sociedad fracturada en sus vínculos por pertenencias partidarias, con visiones diferentes, con desigualdades profundas que limitan el acceso al conocimiento, a la información y con ideales enfrentados que ponen en cuestión el sentido y la direccionalidad de la educación?
Seguramente los diagnósticos nos desalientan, sin embargo la capacidad de las instituciones educativas para generar nuevas formas de pensar, conciencia de los derechos, libertad y multiplicidad en las ideas nos impulsan a creer que desde ese espacio y con el compromiso y decisiones políticas se puede intentar un cambio.
Un cambio que la sociedad en su conjunto debe iniciar, despertándose, movilizándose, demandando sus derechos con responsabilidad republicana.
Un cambio que es necesario para recuperar la educación en nuestro país.
 
Susana R. Martin
Lic. y Mg en Educación

Comentarios

  1. creo absolutamente que la educación DEBE mejorar, no puede seguir con la copia de la de España,q ellos ya dejaron x inútil, no se como pero mejor presupuesto en Pcia.ayudaría, en segundo lugar ,escuela para los padres URGENTE, para que por lo menos sepan hablar, hacerse entender, caramba, y tercero-con las críticas enormes a Sarmiento-esa educación VALE ORO!
    un saludo
    lidia-la escriba
    www.nuncajamashablamos.blogspot.com x si queres pasar

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