Nos miraban feo... a los que avisábamos que algún día se terminaría la fiesta...


Año 2003. Comienzo de clases con varias provincias en conflicto y con paro docente. Córdoba, Neuquén, Río negro, Entre Ríos, Santiago del Estero, Tucumán, entre otras. En Entre Ríos, la provincia más complicada, el ampuloso y prosopopéyico gesto de un recién asumido Néstor Kirchner firmando en persona un acuerdo con el gremio de base de CTERA entrerriano, sin la participación del gobernador de la provincia de ese momento, Sergio Montiel, puso fin, con aportes del gobierno nacional, a un largo conflicto salarial. En realidad, un pequeño adelanto de lo que posteriormente fuera la intromisión de la gestión nacional en la mayoría de las provincias a través de diferentes herramientas financieras y educativas.
Año 2013. La misma gestión política aunque ya no gobierne Néstor, sino su esposa Cristina Fernández de Kirchner por tercer año consecutivo no logra acordar incrementos salariales en unas peculiares paritarias nacionales docentes donde sólo se fija el piso salarial que después deberá pagar cada provincia en la gran mayoría de los casos con ayuda de la Nación. En 2012 no se llegó a ningún acuerdo. En 2013 sin acuerdo en el conflicto salarial las cerró unilateralmente el Gobierno Nacional por decreto. En 2014 sin acuerdo vuelve aparecer en el horizonte los paros nacionales docente: diecinueve provincias empiezan el ciclo lectivo con paro.

¿Pero por qué ocurriría esto tras 10 años en que los indicadores mostrados por el gobierno nacional sobre inversión educativa fueron “cada vez mejores” en Argentina?
Ciertamente una inflación del 22,8% en 2011, 25,6% en 2012 y 28,3% en 2013 (más la proyectada para el 2014 que podría rondar el 35%) no pueden soslayarse en un análisis serio de lo que está pasando. Frente a la inflación, la puja por el incremento salarial se torna un poco más virulenta, más difícil de cerrar, máxime en un escenario de recursos cada vez más restrictivo de los estados nacional y provinciales…
Pero de lo que pocos hablan hoy es de algunas malas decisiones tomadas hace algunos años con respecto a esto de incrementar la inversión en Educación.
En efecto, llegar al 6% del PBI para Educación, constituyó uno de los ejes centrales de la política educativa del kirchnerismo en Argentina. Para ello el oficialismo desde el Ministerio de Educación encabezado en ese momento por Daniel Filmus impulsó una ley que tenía varios inconvenientes aunque muchos decidieron mirar para otro lado y dejarlos pasar a la hora de ser aprobada por el Congreso Nacional. Esta ley proponía que el Gobierno Nacional, los Gobiernos Provinciales y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires debían aumentar la inversión en educación, ciencia y tecnología, entre los años 2006 y 2010.
Nos miraban feo cuando algunos planteábamos que los objetivos financieros de esta ley tenían chances de cumplirse sin necesidad de cumplirse los educativos. Algunos decíamos que los objetivos financieros estaban bien definidos para el corto y mediano plazo (aunque no se plantearan correcciones para el largo plazo), con responsables concretos en cada nivel de gobierno pero que todo esto se contraponía con el flojo diseño y formulación de los objetivos educativos, que no presentaban metas intermedias para su implementación y en algunos casos tampoco metas finales. En el mejor de los casos, la redacción mostraba un conjunto amplio de objetivos relacionados con la orientación de una política educativa, algo importante pero nada cuantificable durante el camino. No avanzaré mucho más sobre el tema. Sólo reproduciré el cuadro 3 de la página 22 del Documento final del CIPPEC evaluando la implementación de la ley. Si les interesa el documento completo pueden leerlo aquí.
Nos miraban feo cuando algunos decíamos que con “el ciclo a favor” era fácil aumentar la inversión sin mirar muy bien cómo se distribuiría presupuestariamente ese aumento. Algunos decíamos que dentro de los objetivos educativos el único que efectivamente se cumpliría, y sólo en parte, sería el inciso h) de la ley.
“Mejorar las condiciones laborales y salariales de los docentes de todos los niveles del sistema educativo. Promover la jerarquización de la carrera docente. Fortalecer y mejorar la calidad de la formación docente inicial y continua”.
Y decíamos que sería en parte ya que sin redefinir el modelo pedagógico de nuestra escuela y sin reformular la matriz del gasto educativo, el incremento terminaría yéndose a las partidas de salarios, sin mejorar las condiciones laborales, ni la formación de los docentes… Así es como en algunas provincias el 99% del presupuesto se lo llevan los gastos corrientes y casi todo ese gasto corriente corresponde al rubro salario. En fin, cero impacto sobre la necesaria transformación…
Pocos plantearon en ese momento que no sólo había que mejorar salarios sino incluir cuestiones referidas a revisar las condiciones laborales de los docentes y mejorar la calidad educativa, en ninguno de los dos temas se proponía idea alguna. Lo que primó durante esos años que estábamos en la “fiesta” fue que "cada vez más, ganen más". Ningún gremio se planteó ningún cambio. Ganados por el “conservadurismo” no tuvieron una mirada estratégica de lo educativo... Mientras tanto los gobiernos nacional y provinciales, sobre esa misma lógica conservadora, promovieron el "siga, siga"... Hubo, entonces, irresponsabilidad compartida gobiernos-sindicatos. Recuerdo que me decían "aumentó el número de docentes" y les preguntaba "¿Qué vamos a hacer cuando la soja baje de precio o ya no alcance?" Y me miraban feo… Por suerte, lo primero no ocurrió, por ahora... Lo segundo parece que empezó a pasar...
Es paradojal (y previsible) ver hoy que el mismo gobierno nacional que despilfarró tiempo y recursos, ajusta cambiando el enfoque. Hasta ayer mismo no se preocupó por cómo se distribuía el incrementó de la inversión. Hoy, (en realidad “hace 5 minutos”), propone a los docentes atar futuros aumentos a los cambios que se pudieran dar en las condiciones laborales: el ejemplo del presentismo tan resistido hoy por los gremios, uno de ellos. Lo bueno es que el gobierno parece haberse dado cuenta… Lo malo es que lo hace tarde y mal, por necesidad y no por convicción… Otro drama muy argentino…

Comentarios

  1. No es alentador este panorama, porque lo único que persiste es una reiteración y afirmación de los problemas sin encontrar soluciones, y así poder responder a la función fundamental que es LA EDUCACIÓN; los reclamos salariales son justos pero los momentos elegidos para su instalación son injustos,¿porqué convierten en rehenes a los alumnos?...Tampoco se puede admitir que no les resulte imprescindible tratar el tema de fondo, debería ser un tema de necesidad nacional el inicio de la transformación del sistema, no se puede seguir siendo ciego, sordo y mudo a los fracasos, la indiferencia de hoy marca a los estudiantes que mañana serán los hombres y mujeres...la disconformidad de hoy en política sólo demuestra hipocresía, esta falta de compromiso político para aportar y llevar adelante el cambio es el mayor escollo a derribar.
    Marga Celis

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