En su día: Lecciones de los Maestros

Una vez más recordamos en su día a los maestros. En esta ocasión les traigo un filósofo francés que leí hace ya un tiempo: George Steiner, profesor, crítico y teórico de la literatura y de la cultura...
Su ámbito de interés principal es la literatura comparada. A su obra como crítico de reconocida brillantez, explorando temas culturales y filosóficos, se le agrega un exquisito libro llamado “Lecciones de los Maestros”.
El intenso encuentro personal entre maestro y discípulo es lo que interesa a George Steiner en este libro. Una reflexión profunda acerca de la infinita complejidad y la sútil interacción de poder, confianza y pasión… Basado en las “Conferencias Norton sobre el arte y las tradiciones de la enseñanza”, este libro evoca a muchos personajes ejemplares: Sócrates y Platón, Jesús y sus discípulos, Virgilio y Dante, Brahe y Kepler, Husserl y Heidegger, entre otros.
Fundamentales en la evolución de la cultura occidental, Sócrates y Jesús, maestros carismáticos no dejaron enseñanzas escritas, ni fundaron escuelas. En los esfuerzos de sus discípulos, en los relatos de pasión inspirados por su muerte, Steiner ve los comienzos de un vocabulario interior, los reconocimientos cifrados de buena parte de nuestro lenguaje moral, filosófico y teológico. Después analiza una serie de tradiciones y disciplinas, referidas todas ellas a 3 temas subyacentes: el poder del maestro para aprovechar la dependencia y vulnerabilidad del discípulo; la complementaria amenaza de subversión y traición al mentor por parte del discípulo y el recíproco intercambio de confianza y amor, de aprendizaje y enseñanza entre profesor y alumno.
Un delicioso libro para aquellos que abrazaron esta profesión. Una metáfora para recordar a cada uno de los que pasaron por mi vida como “maestros” (con título o sin él):

…“Los peligros se corresponden con el júbilo. Enseñar con seriedad es poner las manos en lo que tiene de más vital un ser humano. Es buscar acceso a la carne viva, a lo más íntimo de la integridad de un niño o de un adulto. Un Maestro invade, irrumpe, puede arrasar con el fin de limpiar y reconstruir. Una enseñanza deficiente, una rutina pedagógica, un estilo de instrucción que, conscientemente o no, sea cínico en sus metas meramente utilitarias, son destructivas. Arrancan de raíz la esperanza. La mala enseñanza es, casi literalmente, asesina y, metafóricamente, un pecado. Disminuye al alumno, reduce a la gris inanidad el motivo que se presenta. Instila en la sensibilidad del niño o del adulto el más corrosivo de los ácidos, el aburrimiento, el gas metano del hastío. Millones de personas han matado las matemáticas, la poesía, el pensamiento lógico con una enseñanza muerta y la vengativa mediocridad, acaso subconsciente, de unos pedagogos frustrados. Las estampas de Molière son implacables”…
…”La antienseñanza, estadísticamente, está cerca de ser la norma. Los buenos profesores, los que prenden fuego en las almas nacientes de sus alumnos, son tal vez más escasos que los artistas virtuosos o los sabios. Los maestros de escuela que forman el alma y el cuerpo, que saben lo que está en juego, que son conscientes de la interrelación de confianza y vulnerabilidad, de la fusión orgánica de responsabilidad y respuesta (lo que yo llamaría «respuestabilidad» [answerability]) son alarmantemente pocos. Ovidio nos recuerda que «no hay mayor maravilla». En realidad, como sabemos, la mayoría de aquellos a quienes confiamos a nuestros hijos en la enseñanza secundaria, a quienes acudimos en busca de guía y ejemplo, son unos sepultureros más o menos afables. Se esfuerzan en rebajar a sus alumnos a su propio nivel de faena mediocre. No «abren Delfos» sino que lo cierran”...
…”El contrapunto ideal de un verdadero Maestro no es ninguna fantasía o utopía romántica fuera de la realidad. Los que hemos sido afortunados habremos topado con verdaderos Maestros, ya se trate de Sócrates o de Emerson, de Nadia Boulanger o de Max Ferdinand Perutz. Es frecuente que permanezcan en el anonimato: aislados maestros y maestras de escuela que despiertan el don que posee un niño o un adolescente, que ponen una obsesión en su camino. Prestándoles un libro, quedándose después de las clases, dispuestos a que vayan a buscarlos. En el judaismo, la liturgia incluye una bendición especial para las familias en las que uno de sus vástagos al menos ha llegado a ser una persona docta”…
…”¿Cómo se puede poner en nómina la vocación? ¿Cómo es posible poner precio a la revelación (Dictaque mirantum magni primordia mundi)? Este interrogante me ha perseguido y me ha tenido inquieto toda mi vida como profesor. ¿Por qué se me ha remunerado, se me ha dado dinero, por lo que es mi oxígeno y mi raison d’être? Leer con otros, estudiar el Fedro o La tempestad, introducir (de manera titubeante) Los hermanos Karamázov alrededor de una mesa, tratar de dilucidar la página de Proust sobre la muerte de Bergotte o un poema de Paul Celan: éstos han sido mis privilegios, recompensas, toques de gracia y de esperanza no comparables con ningún otro. Lo que experimento ahora al jubilarme de la docencia me ha dejado huérfano”... “Pero ¿en nombre de qué supervisión o vulgarización se me debería haber pagado para llegar a ser lo que soy, cuando —y he pensado en ello con un malestar creciente— podría haber sido absolutamente más apropiado que yo pagara a quienes me invitaban a enseñar?”…
…“Un sentido común airado, desdeñoso, exclama: ¡los profesores tienen quevivir, incluso esos elevados Maestros a quienes probablemente usted idealiza, tienen que comer! Muchos de ellos sufren ya una suerte desdichada, ante cuyo incontestable desafío, un duende de la perversidad murmura, en un lenguaje que no es del todo de este mundo: «vivir y comer son en efecto necesidades absolutas, pero también grises y secundarias a la luz de la indagación y comunicación de las cosas grandes y definitivas». ¿No hay alternativas a la profesionalización, a la mercantilización de la vocación del Maestro, a esa equivalencia entre la búsqueda de la verdad y el salario introducido por los sofistas?”…
..."Una sociedad enfocada hacia las cosas esenciales podría proveer de las necesidades materiales a sus enseñantes. Fue un arreglo de este género el que propuso Sócrates, con soberana ironía, a sus acusadores. Se pagaría según el oficio y precisamente a los mediocres, a quienes han hecho negocio de una vocación. Se sufragaría a los Maestros mínimamente; su reclutamiento sería análogo al de un fraile mendicante. Veremos que los Maestros hasídicos caen dentro de este ámbito. De manera más realista, el Maestro, el pensador o indagador en general, se ganará el pan cotidiano de alguna manera que no guarde relación con su vocación. Böhme hacía zapatos, Spinoza pulía lentes, Peirce —el filósofo más importante que nos ha dado hasta ahora el Nuevo Mundo— produjo sus obras-leviatán, de formidable originalidad, en la pobreza y el aislamiento más extremos desde la década de 1880 en adelante; Kafka y Wallace Stevens trabajaron en oficinas de seguros, Sartre fue un comediógrafo, novelista y panfletista de genio. Un puesto titular es una trampa y un tranquilizante. Un sistema académico exigente requeriría que se pasaran períodos sabáticos ganándose la vida en una ocupación totalmente al margen de la especialidad de uno. Aun cuando se apliquen sólo a una minoría y postulen una comunidad cuyos valores son casi la antítesis de los que actualmente prevalecen —la arrogancia, el hedor del dinero que todo lo impregna—, tales escenarios no son imposibles"...


Espero les haya gustado y que juntos podamos hacer “reverdecer” nuestras vocaciones: ese delicado equilibrio entre amar a los que aprenden y al conocimiento como un soplo vivificante sobre el extenuado cuerpo de la educación contemporánea...

Comentarios

  1. La pensée de Sarmiento est profondément raciste, soutient l’historien Nord américain Reid Andrews: « Même si Sarmiento est considéré comme le père du système d’éducation argentin, il pensait que les idées et l’éclaircissement (blanchissement) ne s’apprennent pas autant qu’ils s’héritent génétiquement. L’instruction seule ne serait pas suffisante pour sortir l’Argentine de sa barbarie, il fallait qu’il y ait une réelle infusion de gènes blancs ».

    del articulo "les afro-argentins rayés de la carte"

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    1. Los debates planteados por Felipe generalmente casi siempre) atrasan como mínimo 50 años. en este caso un poco más de 130... Gracias por el aporte "histórico" a este blog...

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  2. El rescate de Peirce que hace Steiner como "el filósofo más grande que ha dado hasta ahora el Nuevo Mundo" es oportuno. La filosofía que estudiamos en la Argentina está más orientada a los pensadores franceses o alemanes.

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  3. No sabia que Domingo Faustino habia cerrado diarios

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