Educación ¿Política de Estado o Política Pública?

La política es la conducción de los asuntos públicos para el provecho de los particulares.

Ambrose Bierce

Los últimos años de este escritor y periodista norteamericano fueron muy bien retratados por Carlos Fuentes en la novela titulada Gringo viejo, que llevó al cine el argentino Luis Puenzo (Old Gringo) y fue interpretada por Gregory Peck y Jane Fonda. Muchos trabajamos para que esta cáustica frase sea sólo eso... una frase.

La expresión “Política de Estado” ha inundado desde fines de los 80 el discurso político argentino. No es casual que, para aquellos que la utilizan, casi como muletilla, la Educación esté comprendida en esta idea. Debo reconocer que siempre me suena extraño este concepto. Me pregunto, si al escucharlo, todos entendemos lo mismo. Por lo cual es un buen ejercicio definir qué se entiende por “Política de Estado”...
Reconozco, a priori, que la expresión me sugiere “uniformidad y coacción”: una única interpretación de fines, una única interpretación de medios para lograr esos fines. Y en este sentido es posible que este concepto haya anidado con mayor potencia por estas tierras como subproducto de una clara tradición autoritaria, donde instituciones y personas se transformaron en objeto de la acción política más que en constructores de consenso para diseñar y llevar adelante acciones colectivas. Presiento que cuando se utiliza este término se tiene una visión simplista de lo que es la política pública. Por eso, me inclino a poner atento el oído con aquellos que utilizan este término; adonde apuntan cuando lo utilizan en su discurso.
Sin dudas, tenemos la mala costumbre de aprehender conceptos con suma liviandad: alguien en alguna parte del mundo elabora el concepto y nosotros lo tomamos sin mucho rigor. Primero lo asumen los académicos, de allí los medios de comunicación y después, como mancha de aceite, se expande al resto de la sociedad.  Al poco tiempo, empezamos a hablar y a referirnos con el concepto de moda, que nos hace importantes, que “nos incluye” políticamente. Entonces unos dicen que no hay "Política de Estado" (así con mayúscula, y todo), otros dicen que sí hay "Política de Estado".
Parece haber 2 o 3 elementos que intentan definir este concepto como superador de lo que antiguamente denominábamos "Política pública".
El primero está relacionado a una mayor estabilidad temporal, a una cuestión de “trascendencia”. “Es una política que debe perdurar más allá de un gobierno” se escucha. Una política que sea de interés realmente general y no sólo de un partido en el gobierno.
El segundo elemento se relaciona con el involucramiento de diversos actores del Estado en el diseño y gestión de esas políticas, principalmente el poder legislativo con la generación de alguna base en la legislación.
En tercer lugar que los ciudadanos afectados por ella, la conozcan y la acepten, incorporando además alguna forma de accountability de parte de las autoridades responsables de aplicarla.
Me pregunto entonces: ¿Qué impide qué una política pública no cuente con estas características? No encuentro respuesta que me seduzca…
El concepto surgió seguramente de la pregunta ¿por qué hay países que cambian la política pública cada vez que hay cambios de Gobierno? Si hay países donde no ocurre esto, el cambio de Gobierno no significa un cambio en los consensos sociales mínimos establecidos y respetados por la mayoría y definidos en una política pública. La opacidad conceptual se funda, posiblemente en que esos consensos sociales básicos como dijimos son los mínimos que establece una sociedad.
Pero ¿podríamos asegurar que es “Política de Estado” decir que todos los pibes tienen que completar la primaria o la secundaria? o ¿Es “Política de Estado” que todos los edificios escolares deben poseer los elementos mínimos para que los pibes aprendan? No es lo mismo decir que se necesita Política de Estado a decir, por ejemplo, que se necesita que el Estado, no importa el partido que gobierne, se comprometa a que ningún chico esté fuera de la escuela o que no falte nada para que en las escuelas los chicos puedan aprender. Parece lo mismo pero no lo es. Entonces, es común que estos mínimos o pisos que la sociedad acuerda es lo que se llamamos con extrema ligereza, Política de Estado. Me parece que no alcanza…
Como vengo insinuando, preferiría recuperar la expresión de “Política Pública”. En principio, porque rescatan la posibilidad de redefinir el concepto de “lo público” (algo necesario para este momento histórico), los márgenes de participación social en la construcción e implementación de las políticas y el papel que el Estado va a jugar en todo esto.
Por otra parte, recuperar este concepto implica reconocer su propia complejidad. Hay tendencia a simplificarlas como algo que se puede hacer rápida y fácilmente. En realidad eso puede suceder sólo en un régimen autoritario, con reducción o anulación del conflicto. Y como el nuestro es y sigue siendo un régimen político democrático liberal (o por lo menos es lo que intentamos algunos), hablar de políticas públicas supone algo un poco más complejo que el de la simple imposición.
De esta manera, queda claro, entre otras cosas, que una política pública no es una mera decisión legislativa: “si tengo la ley tengo la política”. En realidad, más allá de que no es fácil conseguir una ley, ésta es simplemente el inicio o la consolidación final de esa política. En este sentido, he visto, a lo largo de los últimos años, como diferentes grupos que pasan semanalmente por las reuniones de diputados de la Comisión de Educación de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires reclaman “políticas de estado” para sus intereses, cuando en realidad sus intereses colisionan con los intereses de otros, en particular con los de los que aprenden. Muchas veces esos reclamos se convierten en proyectos parlamentarios y hasta alguna vez se han convertido en ley... Sí en Educación… problemas particulares convertidos en problemas de naturaleza general, cuestión no menor. De hecho no todos los grupos con necesidades consiguen que sus cuestiones particulares sean concebidas como generales. La mayor parte de las veces esto depende del “peso” del grupo o de su acercamiento al poder real: algo muy común (¿burla del destino?) en el sector educativo donde las asimetrías entre “débiles” y “poderosos” definen quien consigue respuesta a sus intereses y quien no.
Por último, el mayor límite a las políticas públicas de largo plazo es la entronización de una cultura populista. Imaginemos que se hace sólo lo que la gente demanda (¡no crean que hace falta mucha imaginación para ello!). Como se verifica probadamente, la “opinión de la gente” tiene un alto grado de volatilidad. ¿Cómo definir así el largo plazo? La necesidad del “aquí y ahora” o el seguimiento de encuestas atenta entonces contra las políticas públicas…
Por lo tanto, no hay politica pública posible que responda a segmentos del sistema educativo, ni "on demand"... Sólo podremos recuperar las políticas públicas en Educación en esta Ciudad (¿por qué no en el país?) a partir de una visión global en torno al crecimiento, el desarrollo, la equidad en el contexto de la querella de la pobreza, con base en evidencia empírica, en contraste con la situación que se transita desde hace varios años, dominada por planteos parciales a partir de intereses particulares y la inmediatez de la política agonal. Es este casi con seguridad un muy buen momento para que esa revisión de estas políticas recupere el concepto de bien común… otro concepto casi “en peligro de extinción”…
Como ven algo muy diferente al planteo del mordaz "Bitter Bierce"...

Comentarios

  1. Creo que vivimos demasiado tiempo un "sálvese quien pueda", entonces hoy todos nos miramos el ombligo demasiado como para pensar en el "bien común", a pesar de que el discurso publico habla de la democracia, la libertad y "una Argentina para todos". El problema está en la mentalidad del pueblo o para llamarlo mas correctamente, en su ideosincracia. Saludos.

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  2. Hace mas de sesenta años,que sufro cambio de politicas pero no de mentalidad. Si bien en la epoca de Alfonsin
    parecio vislumbranse un cambio en la gente, con el advenimiento de el menemismo, y luego el kichnerismo, veo
    que la mentalidad de algunos sigue intacta, con viejos
    y anacronicos metodos y continuamos con el circo de siempre, me parece que es ya una fantasia y tambien admito que les gusta vivir en el pasado.Lamento no poder
    ver el gran cambio, porque mi edad no lo permite. Me iré
    de este mundo sin una Argentina distinta.

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  3. El Estado es un concepto político que se refiere a una forma de organización social y política soberana y coercitiva, formada por un conjunto de instituciones involuntarias, que tiene el poder de regular la vida nacional en un territorio determinado. ..
    Max Weber, en 1919, define el Estado moderno como una "asociación de dominación con carácter institucional que ha tratado, con éxito, de monopolizar dentro de un territorio la violencia física legítima como medio de dominación y que, a este fin, ha reunido todos los medios materiales en manos de su dirigente y ha expropiado a todos los funcionarios estamentales que antes disponían de ellos por derecho propio, sustituyéndolos con sus propias jerarquías supremas”.3 Por ello se hallan dentro del Estado instituciones tales como las fuerzas armadas, la administración pública, los tribunales y la policía, asumiendo pues el Estado las funciones de defensa, gobernación, justicia, seguridad y otras como las relaciones exteriores.
    Una política de Estado es todo aquello que un gobierno desea implementer en forma permanente, para que trascienda a través del tiempo sin que se vea afectada por uno o varios cambios de gobierno. La política de gobierno dura mientras esté vigente el gobierno que la concibió, mientras que la política de Estado obedece a un interés fundamental, por lo que debe conservarse en forma permanente...la política de defensa por ejemplo, la política de vivienda, la política de educación, todas ellas por la importancia crucial que comporta para un país, deben ser una política de Estado y no una mera política de gobierno.

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    1. lamentablemente, el gobierno pudo haber concebido politicas de estado, que en su momento, podrían haber sido efectivas, eso no quiere decir que debemos eternamente, con politicas de estado perimidas y para nada actualizadas de acuerdo a como va el mundo

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