Futuras mutaciones del pasado, en clave educativa
"La mutabilidad del pasado es el eje de Ingsoc (el Régimen). Los
acontecimientos pretéritos no tienen existencia objetiva, sostiene el
Partido, sino que sobreviven sólo en los documentos y en las memorias de
los hombres. El pasado es únicamente lo que digan los testimonios
escritos y la memoria humana. Pero como quiera que el Partido controla
por completo todos los documentos y también la mente de todos sus
miembros, resulta que el pasado será lo que el Partido quiera que sea." George Orwell, 1984
"¿No te das cuenta de que el pasado, incluso el de ayer mismo, ha sido suprimido? Si sobrevive, es únicamente en unos cuantos objetos sólidos, y sin etiquetas que los distingan, como este pedazo de cristal. (...) Todos los documentos han sido destruidos o falsificados, todos los libros han sido otra vez escritos, los cuadros vueltos a pintar, las estatuas, las calles y los edificios tienen nuevos nombres y todas las fechas han sido alteradas. Ese proceso continúa día tras día y minuto tras minuto. La Historia se ha parado en seco. No existe más que un interminable presente en el cual el Partido lleva siempre razón. Naturalmente, yo sé que el pasado está falsificado, pero nunca podría probarlo aunque se trate de falsificaciones realizadas por mí. Una vez que he cometido el hecho, no quedan pruebas. La única evidencia se halla en mi propia mente y no puedo asegurar con certeza que exista otro ser humano con la misma convicción que yo." George Orwell, 1984
Lévi-Strauss
sostiene que a algunos pueblos les gusta creerse antiguos e inmutables. Se
inventan un pasado mítico que remontan casi siempre hasta la misma creación del
mundo, en la cual su sociedad se originaría en solución de continuidad hasta el
presente. En realidad, dice el antropólogo belga, sus comunidades han estado
sujetas a enormes cambios, generalmente bastante radicales, en “pasados no muy
lejanos” pero igualmente ignorados. Esta anti-historicidad, este sentirse
amenazados por la historia, sería para Lévi-Strauss un rasgo de primitivismo. Una
fuerte afirmación del considerado fundador de la antropología estructural. En esta misma
línea lo propio de los pueblos maduros sería asumir los avatares de su devenir,
aceptar que las cosas ya no son lo que fueron y pronto ya no serán lo que son…
Ahora bien, recrear el pasado se hace deconstruyendo la historia. Ya no
es un pasado que admiramos o execramos, sino un presente que sigue hoy en
nuestra vida. Nada ha cambiado, vivimos con la tranquilizadora idea de que todo
es lo mismo y, por tanto, cortar cabezas, tumbar estatuas y desenterrar
muertos, no son magias inútiles, sino actos eficaces que “componen”
retroactivamente la historia.
Los populismos latinoamericanos desde hace mucho tiempo han transitado
estos caminos cada vez que llegan al poder. Un caso paradigmático y bastante
extremo en este sentido es el del peronismo argentino. Por eso pareciera que producto
de este pensamiento (¿cosa inevitable?) ha surgido en Argentina la creación del
Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego. El
ente parece estar destinado a “arreglar” el pasado, a encontrar y a exaltar la
continuidad entre el pretérito mitológico y el grupo gobernante actual.
En primera instancia, debemos decir que de los incontables ámbitos
donde pudo haber nacido, la institución ha surgido nada menos que de una
disposición del gobierno. Esto en sí, ya es todo un problema (¿pecado de
origen?).
Por eso estudiar el decreto de creación, sus fundamentos y sus
alcances, es hoy una tarea ineludible para todos aquellos que intentamos ir un
poco más allá de la simple anécdota… Adelanto:
La norma es un dechado de provocaciones. Por acción y por omisión.
El gobierno nacional, con el decreto
1.880/2011, enuncia como una de sus finalidades la de “estudiar,
investigar y difundir la vida y la obra de personalidades y circunstancias
destacadas de nuestra historia que no han recibido el reconocimiento adecuado
en un ámbito institucional de carácter académico, acorde con las rigurosas exigencias
del saber científico”. En otras palabras: “los historiadores, los
académicos, hasta el momento, no han hecho ciencia” por lo menos con estos
personajes históricos y el Estado argentino “irá en su rescate”.
El objeto de estudio de este instituto se centrará en “todas y todos los personajes que
defendieron el ideario nacional y popular” frente a sus otros “adversarios”, “liberales” y “extranjerizantes” (las últimas 3
palabras encomilladas forman parte del propio decreto).
Entre los personajes a ser “revisionados” aparecen figuras no sólo
nacionales sino también del resto de Latinoamérica: Dorrego, San Martín,
Güemes, Artigas, López, Peñaloza, Varela, Quiroga, Rosas, Bustos, Irigoyen,
Perón, Eva Duarte, Bolívar, O’Higgins, Sucre, Hidalgo, Martí, Ugarte,
Vasconcelos, Bombona, Sandino, Herrera y Haya de la Torre. En este sentido, el
organismo propone la ponderación y la enseñanza de la vida y obra de estas
personalidades, “revisando” el sentido que “les
fuera adjudicado por la historia oficial, escrita por los vencedores de las
guerras civiles del siglo XIX” (parte del artículo 1 del decreto).
Pero lo que más preocupa no es que el Instituto estimulará y promocionará
la actividad de “historiadores, ensayistas y pensadores abocados a la
investigación y divulgación de la historia revisionista”, a través de becas,
subsidios y premios. Existe un velado problema que poco se ha hablado: la
posibilidad de que en Argentina, a partir de ahora, los docentes de historia
sean los únicos profesores sin derecho a la “libertad de cátedra”. El inciso c)
de la norma prescribe claramente la intromisión en la formación y orientación de
los docentes. Taxativamente el decreto plantea que será función del Instituto “enseñar los objetivos básicos que deben
orientar la docencia para un mejor aprovechamiento y comprensión de las
acciones y las personalidades de las que se ocupará el Instituto” con el agregado de que también es función del
Instituto “el asesoramiento respecto de
la fidelidad histórica” en esos asuntos… Por ejemplo: ¿La Comisión tendrá
la facultad de “fidelizar” los contenidos de los libros de historia cuando se
cita a Dorrego y la lista de personajes históricos que aparecen en el decreto?
Algunos no han puesto tanto el ojo en esto y sí en la conformación de
la Comisión Directiva o de su presidencia, a cargo del escritor Mario “Pacho” O’Donnell.
Sin embargo, no es menor este inciso c): llevado al tajante cumplimiento son
insondables los efectos que pueden producir en la orientación de nuestros
profesores, en la enseñanza de la Historia y en la propia “Historia” que
aprenderán los pibes en nuestras escuelas.
Algo extraño sucede: no ha surgido de los ámbitos gremiales (por lo
menos no ha tomado “estado público”) el casi seguro enfado que en este sentido se
hubiese hecho sentir frente a políticas que recortan derechos de los docentes
(en este caso que enseñar y cómo). Más teniendo en cuenta que el Instituto deberá
articular políticas tanto con el Ministerio de Educación Nacional como con
todos los ministerios provinciales del sector.
Posiblemente, -preferimos que la afirmación o negación la hagan aquellos
que saben mucho más que nosotros sobre este tema- se destaque, en el decreto, la
recuperación de cierta “historia etnográfica” planteada en la reivindicación de
la participación de la mujer y los “sectores populares”, aunque parece un poco
forzado el argumento “militante” del porque sucedió ésto en nuestra historiografía...
Para más lean el quinto considerando del decreto…
En síntesis para la Educación, en especial de la Historia, este Instituto podría convertirse en un “aporte troyano” que enmascare (¿muestre?) ciertas tendencias totalizantes.
En síntesis para la Educación, en especial de la Historia, este Instituto podría convertirse en un “aporte troyano” que enmascare (¿muestre?) ciertas tendencias totalizantes.
Los que dudamos, esperamos que nuestras dudas nunca se conviertan en certezas, aunque recordemos a cada momento a George Orwell,
su novela 1984
y el concepto de la “mutabilidad del pasado” como el componente básico y necesario
de un estado totalitario...
"¿No te das cuenta de que el pasado, incluso el de ayer mismo, ha sido suprimido? Si sobrevive, es únicamente en unos cuantos objetos sólidos, y sin etiquetas que los distingan, como este pedazo de cristal. (...) Todos los documentos han sido destruidos o falsificados, todos los libros han sido otra vez escritos, los cuadros vueltos a pintar, las estatuas, las calles y los edificios tienen nuevos nombres y todas las fechas han sido alteradas. Ese proceso continúa día tras día y minuto tras minuto. La Historia se ha parado en seco. No existe más que un interminable presente en el cual el Partido lleva siempre razón. Naturalmente, yo sé que el pasado está falsificado, pero nunca podría probarlo aunque se trate de falsificaciones realizadas por mí. Una vez que he cometido el hecho, no quedan pruebas. La única evidencia se halla en mi propia mente y no puedo asegurar con certeza que exista otro ser humano con la misma convicción que yo." George Orwell, 1984
Les recomiendo ver este segmento de la película de Michael
Radford y protagonizada por John Hurt, Suzanna
Hamilton y Richard Burton. Especialmente a partir del minuto
5:35. Lamento que no sea de una buena calidad pero si pueden no se pierdan de
verla toda completa. Si han leído el libro les llamará la atención el
meticuloso trabajo del director para mantenerse fiel al original… Una perlita: antes de morir, la viuda de Orwell accedió a que la novela
de su marido fuera llevada al cine. La condición: que no se utilizara ningún
tipo de efecto especial futurista en su producción...
Muy bueno el artículo sobre el Instituto de Revisionismo historiográfico!Esta es una especie de moda, instalada en las mentes de los "tiranillos" latinoamericanos (Chávez, Correa, Cristina Fernández) para instituir el !pensamiento único" y -de ese modo- perpetuarse en el Poder.Los latinoamericanos, lo aprendieron del Gral San Martín, quien -finalizadas las guerras libertarias- en 1825 se hizo nombrar Pte vitalicio de Bolivia. Seguramente, las primeras víctimas de este revisionismo serán Sarmiento (para mi, el mejor Pte que tuvimos); Roca (porque dirán que exterminó indios); Alberdi, a quien no se le reconoce una virtud y fue uno de los argentinos más lúcidos. Obviamente, habrá figuras que serán destacadas como lo más valioso que tuvimos: Rosas, el tirno; Perón; Néstor Kirchner, cuyo nombre -hace tiempo. viene asimilándose al de Dios. En las escuelas primarias, ya se enseña ideología kirchnerista y, afortunadamente, son pocas las docentes (sg lo que se) que lo hacen. Es la primera vez que visito tu blog: te felicito!!. Está muy bueno. Un abrazo.
ResponderEliminarPara el pensamiento único del poder....
ResponderEliminarFelicitaciones Flavio. No estàn exentos de la responsabilidad por la barbarizaciòn, muchos especialistas y ONGs que posan de neutrales. Algunos, por ejemplo, nos invitan a que nos sentemos como niñitos en sus rodillas para darnos una "radiografìa" neutral de la educaciòn, con sus avances y sus cuentas pendientes, de este momento "nacional y popular"
ResponderEliminarBrillante tu texto Flavio!!!! En este afán de hacer sólido e inquebrantable el relato (que cada vez pretenden llevar más atrás en el tiempo) olvidan "detalles" fundamentales, como por ejemplo que los contenidos de enseñanza de la historia los determinan los NAP(Núcleos de Aprendizaje Prioritarios) que comenzaron e implementarse durante la presidencia del difunto Néstor Kirchner y los Diseños Curriculares de cada jurisdicción.
ResponderEliminarEntiendo de importancia también el no engancharse en contraponer esta iniciativa k con la historia oficial mitrista. Por ejemplo, no podemos dudar de que Roca fue una asesino de indios. Tampoco de las metodologías violentas del rosismo. La Historia como disciplina académica trasciende estos espacios propagandísticos y realmente es avergonzante la apertura de este instituto.
Da para debatir muuucho más....
Muy buena nota Flavio, una vez más. Es interesante pensar en las cosas menos obvias que el discurso oficial muestra. Tu artículo, creo, hace eso con mucha inteligencia, deslizando las críticas allí donde no llega el corporativismo de algunos y la cortedad de miras de otros. No importa, incluso, si llegará a tener los efectos buscados, pero la propia redacción del decreto prepara para lo que, en última instancia pretende hacer el gobierno, uniformar y buscar la unanimidad, empequeñeciendo nuestra experiencia democrática.
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