A propósito del Día Internacional para la Tolerancia...

El 12 de diciembre de 1996, la Asamblea General de las Naciones Unidas invitó a los Estados Miembros a que el 16 de noviembre de cada año se realicen actividades dirigidas tanto a los centros de enseñanza como al público en general. Parece políticamente incorrecto no adherir a esta mirada. Pero prefiero “otros parajes” desde donde pensar estas problemáticas... Por eso les acercó una nota hecha por el Diario El País hace varios años sobre Emmanuel Lévinas con motivo de su presencia en la Fundación Pablo Iglesias...

A modo de breve intro:
Nacido en Lituania en 1906, como Paul Ricoeur, consagró su vida y su obra a la reconstrucción de un pensamiento ético tras la Segunda Guerra Mundial. Para Lévinas, el término “filosofía”, desde Sócrates ha adquirido un significado erróneo identificado casi exclusivamente con el amor a la sabiduría. De esta manera, Occidente ha creado una filosofía más preocupada por el ser (esencia) que por el ente (sujeto), olvidando por completo las diferencias, los sentimientos. Al igual que Heidegger y Nietzsche, Lévinas advirtió que esta filosofía nos ha acarreado más aspectos negativos que positivos, conduciéndonos a una sociedad de “egos cartesianos” y ”ensimismamiento”. Como consecuencia, hemos creado un mundo en el que olvidamos que los sujetos también somos el producto de las pasiones y los sentimientos y de aspectos básicos de carácter ético. Así, observó que la base de la violencia es el interés, que debemos convertirlo en desinterés o, dicho de otra manera, debemos ponernos "en el lugar del otro sin esperar nada a cambio". Corresponde, por consiguiente, ver más allá de “uno mismo” y aceptar que “soy”, tal y como señala Aristóteles en su Política, “animal cívico”, que a nuestro lado se encuentra “el Otro” y que gracias a él “yo soy quien soy”. Con esto, Lévinas subraya la idea de "alteridad", rechazando fórrmulas ontológícas cuya característica principal es la de reducir a “lo mismo” todo lo que se opone a ella. En este contexto conocer representa una estrategia de apropiación, de dominación. Muy por el contrario, este filósofo, inspirándose en la tradición hebrea, buscó otro modo de pensar esta relación: “no somos tan sólo hijos de los griegos sino también de la Biblia”. Entonces les recomiendo la lectura de esta nota

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