Para Argentina ¿PISA está derecha?

Ni muy, muy. Ni tan, tan

Aunque sea por unos pocos días volvimos a tener en cuenta el tema educativo en la Argentina… El hecho fue la presentación de los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) que realiza cada 3 años la OCDE.
Las voces fueron muy diversas… Hasta reapareció el discurso menemista del “estamos mal pero vamos bien”, ahora en boca de funcionarios nacionales y otros buscaron en PISA elementos del “Consenso de Washington” o conspiraciones internacionales en contra de la educación pública argentina… Coincidimos con el blog de Gonzalo Berra, pero necesitamos agregar que la mirada “cuasi deportiva” con la que tratamos en Argentina estos temas es casi más preocupante que los datos que aporta el informe…
En este marco, nos pareció que había que agregar alguna dimensión del tema que todavía no habíamos visto reflejada en las muchas voces que intentaron decir algo por estos días…
En principio, la Argentina tiene una reciente y resistida “cultura de la evaluación educativa”… En general –no sólo en educación– los  argentinos somos refractarios a ser evaluados. En Educación se asocia rápidamente con la calificación, con el “bien hecho” y el “mal hecho”… Para el estudiante una nota, para el profesor un atropello a su forma de enseñar, para el administrador algo impensable… Los que tenemos alguna participación en Educación sabemos del pobre concepto que se tiene de las pruebas estandarizadas como PISA o las locales del ONE. Pero, aunque disguste, la evaluación es el único medio que tenemos para obtener información. Por ello, es necesario crear una cultura real de la evaluación con los docentes, al interior de las instituciones educativas y de los organismos administradores del sistema educativo con el fin de poder tomar decisiones informadas con criterios reales. La evaluación debe ser entendida como una oportunidad para mejorar. En fin, deberíamos alegrarnos al ver resultados que muestran también las cosas que están mal…
A partir de aquí entonces ¿Qué evalúa PISA? El objetivo principal es verificar cómo están preparados los jóvenes para enfrentar los desafíos que plantean las sociedades del conocimiento. Se trata de conocer si los estudiantes son capaces de analizar, razonar y comunicar sus ideas, si han desarrollado la capacidad para seguir aprendiendo. En otras palabras, no muestran si “un joven de 15 años chino sabe más contenido que un argentino de la misma edad”. Muestra, entonces, si los futuros ciudadanos de nuestro país están en condiciones de participar en un mundo global, interconectado, interdependiente, donde el conocimiento, entendido de esta manera, es ya el principal recurso de competitividad entre las naciones… Para ser puntuales y brevemente veamos en el cuadro:

TRES ÁREAS DEL CONOCIMIENTO
Ciencias Naturales
Lectura
Matemática
Competencias Científicas
Competencias Lectocomprensivas
Competencias Lógico – Matemáticas
identificar problemas, adquirir nuevos conocimientos, explicar fenómenos y extraer conclusiones basadas en pruebas sobre cuestiones relacionadas con la vida cotidiana
comprender, utilizar y analizar textos escritos con el objeto de alcanzar metas, desarrollar sus conocimientos y posibilidades y participar en la sociedad
comprender el papel de la aritmética y la geometría en el mundo, emitir juicios bien fundados para utilizar en sociedad como un ciudadano constructivo, comprometido y reflexivo.

Todas cosas que deberían enseñar los sistemas educativos y las escuelas. Nuestras escuelas ¿Hoy enseñan esas cosas?
Algunos, entre ellos el propio Ministerio de Educación, plantean que PISA tiene problemas técnicos y sus resultados no deben ser interpretados linealmente. Esto es cierto. En este sentido, sería bueno igual que explicaran porque en Argentina se realiza la prueba en el rango de menos de 5.000 muestras a diferencia de países como México que solicitan un número mayor (52.000). Parece menor el dato pero sólo en esa escala PISA puede devolver información veraz sobre diferencias entre regiones o provincias de cada país participante. De esta manera perdemos obtener información significativa que daría cuenta de posibles (¿seguras?) desigualdades regionales en nuestro país.
Por otra parte, el informe contiene afirmaciones y conclusiones, algunas muy contradictorias, que ponen a la Argentina en un lugar incómodo. Lastiman por más que la inversión en Educación haya llegado al 6,4% del PBI, sigamos contruyendo muchas escuelas, repartamos miles de netbooks y los docentes hayan mejorado sus salarios en los últimos 10 años. Los datos dejan claro que estas medidas por sí solas no logran cambiar lo que pasa en las aulas (y fuera de ellas) y, sobre todo, cuánto y cómo aprenden nuestros chicos y jóvenes.
En esta línea, algunas conclusiones de PISA:
  • Demuestran que el ingreso nacional y el logro educativo siguen íntimamente relacionados, aunque se de el caso de que dos países con niveles similares de prosperidad produzcan resultados muy diferentes. Lo que pondría en evidencia la valoración social del conocimiento en esas sociedades. Recuerdo lo que decía Mahatma Gandhi: “La India es un país demasiado pobre para no invertir en educación”… Y mirando la lista de países alguno afirma: “Latinoamérica se olvidó de la educación”
  • Intentan mostrarnos que los mejores sistemas escolares son los más equitativos, sin importar la condición socioeconómica por la cual atraviesan o de la cual vienen (¿paradoja?). En este punto, el ejemplo que muestra es la provincia china de Shangai que obtuvo los mejores resultados en las tres áreas aunque el ingreso per cápita de sus habitantes es sustancialmente inferior al de los países desarrollados. Un llamado: la muestra realizada allí sólo contempla escuelas de ámbitos urbanos y no rurales como ocurre en otras regiones.
  • Observan que el rendimiento es mejor en aquellas escuelas que establecen políticas de evaluación, con buena disciplina y mejores relaciones alumno-maestro.
  • Por último y principalmente para aquellos que ven el fantasma privatizador detrás de cada investigación de este tipo, clarifican en la discusión entre lo público y lo privado afirmando que el rendimiento de los alumnos en escuelas públicas y privadas se da de manera similar (¿se cae un mito?).
Parecería que sólo un necio negaría ver en los resultados indicadores de los fuertes desafíos por los que atraviesa nuestro sistema educativo.
Sin embargo, como muestran algunos diarios ya existen movimientos para romper el “termómetro”. No es malo tener más y mejores herramientas para diagnosticar. Lo triste es que la ignorancia sobre la profundidad de la evaluación y la necesidad de la mirada cortoplacista, nos hace diseñar modelos “para mostrar que las cosas están bien”… Esperemos que éste finalmente no sea el camino que intentan emprender nuestras autoridades educativas. No sea el caso que en unos años estemos pidiendo ayuda internacional para reconstruir indicadores que supimos destruir...

Comentarios

  1. Si los que estuvieron tantos años en la gestión se hubieran ocupado de volcar todos estos consejos en el momento que les correspondía ocuparse de estas cosas, ahora sólo se estaría siguiendo las mejores curriculas dictadas por los mejores docentes elegidos con evaluaciones perfectas.
    Si los docentes que dicen tener tan claro como manejar la enseñanza hubieran permanecido frente a los cursos y aportando sus ideas maravillosas hoy seriamos un ejemplo en lo que a Educación se refiere......basta de chachara!!!!

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  2. Muy buen posteo Flavio!! Creo también que existe un como si de las evaluaciones en las instituciones escolares, donde habitualmente no se levanta el guante de las opiniones e incluso de emergentes.
    Quién es Anónimo? Por favor que avise para la próxima "cháchara" porque a algun@s no nos llegó la invitación

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  3. Anónimo que lástima que te ampares en el anonimato... Estoy seguro que podríamos charlar mucho mejor...

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  4. Leyendo el comentario de "Anónimo" queda claro que se trata de un docente (me atrevería a decir "una" docente)que ha compartido algún espacio, algún momento.Yo también soy docente desde hace 24 años y he sentido que existe una natural reticencia para aceptar comentarios sobre Educación de personas que no "están frente a cursos". Parecería que sólo habilita a esto el hecho de estar en la escuela. Ante la presencia de capacitadores he escuchado el habitual comentario: "este habla porque no está en la escuela, yo quisiera verlo a él...".Conozco muchos especialistas en Educación que hace años que no "están frente a chicos". Sin embargo, sus ideas, desde otras posturas, desde la "formación" nos abren la mente, nos permiten pensar la escuela de otra manera.
    En mi caso personal,luego de 20 años de experiencia, investigación y estudio, me dediqué a la Capacitación Docente. Al comenzar los cursos, talleres, etc. tomaba el recaudo de avisarles que yo también era una docente, un par, docente en actividad como ellos. Esto generaba un efecto casi mágico, sentía que me miraban de otro modo, se relajaban.Y las clases eran agradables, no había agresiones ni sutilezas. En fin, yo también figuraré como "anónimo", aunque mis motivos son diferentes a no "dar la cara".Estas actitudes también forman parte de nuestras enseñanzas a nuestros alumnos. Seguramente "Anónimo" alguna vez tuvo algún incidente "anónimo" en clases y no se detuvo hasta no dar con el responsable, no??????????

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  5. "CHÁCHARA", QUE VOCABLO ANTIGUO!!!!! el comentario viene de algún miembro antiguo del Sistema Educativo, sin dudas :D

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